Le tocará hacerse cargo del timón durante una de las tormentas más duras que debió soportar la nave. Para las 12 de hoy está prevista la asunción de Diego Silvera como nuevo presidente de la Acción Social de la Universidad Nacional de Tucumán (Asunt), y de Humberto Paolantonio, como vicepresidente. El acto, que se realizará en la sede central de la entidad (San Martín 864), contaría con la presencia de la rectora y con el vicerrector de la UNT, Alicia Bardón y José García. Silvera resultó electo -prácticamente por unanimidad- el jueves, durante una sesión ordinaria del Consejo Directivo de Asunt. Pero debido a los tiempos burocráticos y al asueto de ayer, recién se hará cargo hoy de la conducción de la obra social.

La crisis económico-financiera en la obra social de la UNT -que devino institucional- viene de arrastre. Pero en el último mes y medio se profundizó a tal punto que tres colegios de profesionales suspendieron los servicios a los más de 7.000 afiliados -más de 28.000 beneficiarios-: el Colegio Médico, el Círculo Odontológico de Tucumán y la Asociación Tucumana de Anestesiología, Analgesia y Reanimación. En algunos casos, se habían dado soluciones parciales.

La mayoría de los consejeros directivo de la entidad apuntaban a la cabeza ejecutiva por la crítica situación, por lo que pidieron la renuncia de quien se desempeñaba como presidente, Pedro Rollán. Ante la negativa de este a dimitir, y tras varias idas y vueltas burocráticas, el Consejo Directivo de Asunt votó pedir al Consejo Superior de la UNT la remoción de Rollán. Este cuerpo avaló por unanimidad aquella solicitud, el miércoles 21 del mes pasado. El Superior también había dado un plazo de 15 días hábiles para que el Consejo Directivo de Asunt eleve un plan de propuestas para comenzar a solucionar el déficit y la crisis en las prestaciones de los servicios.

La semana pasada, luego de resultar electo, Silvera había contado a LA GACETA que ya se habían normalizado todos los servicios. Además, había adelantado que ya se encontraban trabajando en un plan de medidas para comenzar a paliar el déficit de la obra social, calculado en más de $ 9 millones.

Entre estos, la suspensión de la incorporación de personal. “No es la idea desprenderse de la planta; los derechos de los trabajadores serán respetados. Pero se congeló el ingreso: no se tomarán más empleados, salvo estricta necesidad, que deberá estar muy bien justificada”, había manifestado.